Lo que no expresas con tu voz, se manifiesta en tu vagina.

Hoy te voy a hablar de algo especial, y a la vez, casi mágico.

Posiblemente, hayas escuchado hablar de ello alguna vez, o quizá no. Pero independientemente de ello, ponte cómoda y préstame tu atención 3 minutos. Lo que vas a leer no te dejará indiferente.

Nuestro cuerpo es nuestro templo, nuestro hogar, y además, es un lugar perfecto. Cada sistema, músculo, hueso, nervio…todo está construido y conectado a la perfección para promover lo más importante: la vida.

Hoy te escribo de la conexión tan especial e íntima que hay entre tu garganta y tu vagina.

La existencia de la conexión entre la garganta y la vagina y entre la laringe y el útero, no es un mito. Nuestros órganos sexuales están conectados físicamente y energéticamente a nuestros órganos vocales.

¿Cómo te quedas? ¿Sabías ya algo? ¿Lo intuías?

Quédate leyendo, porque esto te interesa.

Fisiológicamente,  a nivel estructural, la garganta y la laringe son muy parecidas a la vagina y el útero, (en las imágenes podemos comprobar tal parecido).

     

La vagina y la garganta son dos canales vacíos y húmedos, a través de los cuales se manifiestan fluidos, emociones y palabras.

Además, estos órganos, tienen reacciones muy similares: se cierran cuando perciben algún peligro o amenaza, como por ejemplo, quedarnos sin voz o sin saber que decir cuando algo nos da miedo, igual que sentir que nuestra vagina “no se abre” en una relación sexual donde no me siento segura.

Incluso se ha demostrado la presencia de receptores de hormonas sexuales (estradiol y progesterona) en la mucosa de las cuerdas vocales. Esto tiene mucho sentido, pues la mucosa en las cuerdas vocales va cambiando a lo largo del ciclo menstrual, igual que ocurre con la mucosa del cérvix.

  • Si nunca lo has hecho, te propongo que observes el color de tus labios de la vulva durante el ciclo, y también el color de tus labios de la boca. El tono de ambos va cambiando según la etapa. ¡Es una pasada!

Además, los cambios que surgen en la mucosa de las cuerdas vocales como en la mucosa del cérvix;  provocan que nuestra voz vaya cambiando según la fase menstrual.

¿No te parece alucinante? A mí sinceramente sí!

Ahora vamos a prestar atención a nuestro aparato vocal.

Cuando relajamos nuestra mandíbula (que solemos tener tensa porque mordemos y tragamos palabras) inevitablemente repercute en nuestra cavidad vaginal ayudando a su relajación, a la del suelo pélvico y de la vulva.

Como antes decía, garganta y vagina son dos bocas y canales de poder a través de ambas nos manifestamos con emociones, palabras, proclamaciones, poder, fluidos.

Lo que no expresas con tu voz, tu vagina lo expresará cerrándose o con el dolor.

Muchos son los casos de mujeres con dispareunia y vaginismo que he atendido en mi consulta, que después de sanar heridas emocionales, reconocer mejor su historia y darse el permiso para expresarse y comunicarse, su vagina se ha relajado, su cuerpo ha vuelto a vivir en calma y por lo tanto, el placer ha vuelto a sus vidas.

Libera tu garganta para relajar tu vagina.

Te propongo un ejercicio:

Ya sea acostada o sentada, suelta tu peso y respira profundo como si llevaras el aire al vientre dando espacio a tu útero. Atiende y percibe que tus caderas y tu suelo pélvico estén disponibles, ligeros, sueltos.

Ahora relaja la mandíbula, suéltala y deja que caiga por su propio peso, deja también que la lengua ocupe todo el espacio que necesite dentro de la boca, relajándola a tal nivel, que se perciba la humedad en la comisura de los labios.

Así como estás, percibe la cavidad vaginal y la vulva, e imagina que puedas hacer lo mismo, siente el espacio y la liberación.

Mientras más relajamos la mandíbula, mas se abre nuestra vagina.

Mientras más se relaja tu cuerpo, más preparado está para recibir y sentir  placer.

 

Ahora cuéntame: ¿Qué te han parecido estos datos? ¿Ya los conocías? ¿Te han sorprendido?

 

Un abrazote,

Laura Moreno

 

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