La erótica se cuida hacia dentro

Quiero que pienses un segundo en cómo son tus relaciones sexuales. Seguramente lo primero que se te venga a la cabeza sea el número de relaciones sexuales que tuviste el último mes (tipo la famosísima pregunta de Broncano en su programa), y puede que a ese número le acompañe cierto sentimiento de culpa, desigualdad o comparación.

No quiero hablarte de cantidad ni de números. En absoluto. Porque los ritmos de cada persona van fluctuando, porque el deseo es multifactorial (lo que quiere decir que hay muuuchas variables que van a influir en el deseo), porque la sexualidad de cada persona es un mundo, y esa diferencia está más que bien.

Pero sí quiero hablarte de darte espacio, también en el sexo. Como te digo, lo primero que tenemos que permitirnos es escucharnos más allá de lo que nos han contado, exigido o impuesto a lo largo de nuestra vida. Estamos más centradas en satisfacer las expectativas del otro que de las nuestras. Y eso nos desconecta y mucho de nuestra propia sexualidad y placer.
Si no sabes por dónde empezar, tranquila, no nos han enseñado y es complicado a veces dar ese primer paso.
Pedir ayuda o guía a profesionales como nosotras puede ayudarte a empezar a tenerte en cuenta. A conectar con tu propio ser sexual.

Para seguir, tendrás que darte espacio también en la intimidad compartida. Y eso pasa por comunicarnos. Por poner límites en lo que no nos convence y por pedir aquello que sí nos inspira deseo (por supuesto, siempre respetando los límites del otro).
Porque ya está bien de seguir en la rueda en la que nuestro deseo no tiene cabida, en la que no sepamos cómo es nuestra versión de mujeres deseantes y sexuales, en la que si nuestra pareja siente más deseo que nosotras, el problema es solo nuestro.

Te mereces ponerte en el centro de tu sexualidad, que para eso es tuya.

Te mereces pedir ayuda si es que no sabes por dónde empezar.

Te mereces decir que no cuando tu cuerpo te pida descanso en lugar de sexo, y te mereces profundizar y conocer tu propia erótica cuando te sientas preparada para ello.

 

Te mando un abrazo enorme,

Texto escrito por Natalia Pastor

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