Vivimos en una sociedad que ha esforzado siempre en separar el «amor» del «sexo». Como si fueran dos cosas totalmente opuestas, o no pudieran darse la una y la otra a la vez.
Por eso mismo escribo esta entrada en el blog, para contaros que el sexo, ya es amor en sí mismo.
Sí, como lo lees. Mantener una relación sexual con alguien ya es un acto de amor. Pero no ese amor que estás imaginando, no. No necesariamente tienes que estar enamorada para follar con alguien. Pero cuando lo haces, cuando compartes ese momento tan íntimo y sagrado con una persona, cuando compartes tu cuerpo, tu vulnerabilidad, tu deseo, tu placer… cuando dos personas se seducen y se funden compartiendo su sexualidad, hay amor.
Aunque no vuelvas a ver nunca más a esa persona. Aunque esa relación dure solo 20 minutos.
Cuando hay sexo, hay intimidad, y cuando hay intimidad, no solo deseas a esa persona, si no que la quieres, la amas.
Hablo de amor, no de romanticismo.
Detrás de la frase: «sólo es sexo», se esconde mucho más.
A veces, usamos esta frase para no responsabilizarnos de nuestras relaciones. «Cómo solo es sexo, no tengo porque dar explicaciones», «no te cabrees conmigo, si solo somos follamigos».
Por favor, dejemos de banalizar el sexo.
Encontrar personas con las que podamos ser nosotras mismas y abandonarnos al goce y al disfrute… ¿No es relevante? ¿No es casi mágico? Entonces… ¿Por qué obsesionarnos con que «sólo es sexo» y evitar toda la parte emocional que eso conlleva? Si particularmente creo, que es justo lo más bonito del sexo: sentir y conectar con otro ser.
Quizá deberíamos corregir nuestro lenguaje y llamar a las cosas por su nombre.
Porque detrás del «sólo es sexo», seguramente se esconda el miedo al compromiso, el miedo a la intimidad o la no disponibilidad emocional.
Y como nosotros no somos capaces de responsabilizarnos de nuestros miedos o emociones, usamos el sexo casi como un instrumento: para subir mi ego, para sentirme atendida, para reforzar mi autoestima… Pero lo único que conseguimos teniendo relaciones sexuales desde este lugar, es decir, sin darle valor, es hacernos más daño.
Porque ahora parece que está de moda acumular amantes como si de trofeos se tratase. Más follas, más empoderada estás.
Pero… ¿Eso es real?
Acumular relaciones vacías, sin espacio para la intimidad y donde es imposible vincularnos, no creo que sea sano para nadie (aunque el patriarcado nos diga que eso es liberalismo sexual).
Lo que sí libera de verdad, es abandonar estas creencias y jerarquías sobre el amor y el sexo.
El amor está en todas partes, y en el sexo también. Y cuando somos capaces de verlo como un todo inseparable, será entonces cuando podamos disfrutar como perras, sin miedo.
Disfrutarnos y gozarnos, tanto en el amor como en el sexo.
Sin distinciones.
Eso es lo que merecemos 🩷
Te abrazo fuerte,
Laura