Es común escuchar que con el tiempo, el deseo sexual en una pareja disminuye. Lo que al principio era pasión desbordada, con los años puede volverse rutina, silencio o incluso distancia. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Y lo más importante: se puede recuperar el deseo perdido? La respuesta es sí, y aquí exploramos cómo.
Factores que influyen en la pérdida del deseo
1. Rutina y previsibilidad
Cuando todo en la relación se vuelve automático —desde los saludos hasta el sexo— el deseo puede menguar.
📌 Ejemplo: Mariana y Pablo llevan 9 años juntos. Todas las noches ven series en el sofá y tienen relaciones los sábados por la mañana. Ya no sienten emoción, solo costumbre.
2. Falta de comunicación emocional y sexual
Si no se habla de lo que gusta, lo que no, lo que se extraña o se desea, se pierde conexión erótica.
📌 Ejemplo: Laura quiere probar algo nuevo en la intimidad, pero teme que su pareja la juzgue. En vez de hablarlo, se retrae.
3. Estrés y responsabilidades
El cansancio mental o físico puede hacer que el deseo pase al último lugar de la lista.
📌 Ejemplo: Andrés llega tarde del trabajo, y su pareja se ocupa de los hijos todo el día. Al final, ninguno tiene energía ni tiempo para intimar.
4. Cambios personales
Autoimagen, autoestima, estados de ánimo, salud… todo influye.
📌 Ejemplo: Después de una cirugía, Sofía se siente insegura con su cuerpo y evita el contacto físico.
5. Falta de espacio individual
El deseo necesita aire. Estar demasiado fusionados puede ahogar la atracción.
📌 Ejemplo: Claudia y Diego hacen todo juntos, pero ya no se extrañan, ni se sorprenden el uno al otro.
Cómo recuperar y nutrir el deseo
1. Conversaciones honestas y sin culpas
Preguntarse mutuamente: ¿qué te gustaría que pasara entre nosotros? ¿Qué extrañas? ¿Qué te gustaría explorar?
2. Romper la rutina con intención
Citas espontáneas, un juego diferente, una escapada sorpresa o simplemente cambiar de lugar para intimar.
📌 Ejemplo: Ana y Marcos empezaron a escribir notas eróticas durante el día. Al llegar a casa, la expectativa ya está creada.
3. Redescubrirse desde el cuerpo
Volver a explorar el cuerpo del otro sin la meta de “tener sexo”. Masajes, baños juntos, caricias largas.
📌 Ejemplo: Cada jueves, Marta y Leo hacen una «noche sin pantallas», con música, vino y masajes mutuos.
4. Cuidar el vínculo afectivo
Pequeños gestos diarios: una mirada cómplice, un elogio sincero, reír juntos, cocinar algo especial.
5. Buscar apoyo profesional si lo necesitan
Un terapeuta o sexólogo puede abrir nuevos caminos de comprensión y deseo.
Para entrenar esta nueva forma de relacionarnos con el deseo, os propongo un ejercicio:
🧠 Ejercicio práctico: “El diario del deseo”
Durante 7 días, cada miembro de la pareja escribirá una lista diaria con estas tres cosas:
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Algo que me generó deseo hoy (no tiene que ser sexual).
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Algo que me alejó del deseo hoy.
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Algo que me gustaría experimentar contigo (aunque aún no lo hayamos hablado).
Al final de la semana, podéis compartir las notas y conversar sobre lo que descubrieron.
💬 Conclusión: el deseo no se pierde, se transforma
Es importante entender que el deseo no desaparece de forma definitiva. Cambia, evoluciona, se adapta. Lo que hace falta muchas veces es dejar de buscar lo que era, y empezar a crear algo nuevo, acorde a la etapa actual de la pareja.
Recuperar el deseo no es volver al pasado, sino abrirse a un presente más consciente, más profundo y más auténtico.