Uno de los motivos más recurrentes en mi consulta son mujeres que manifiestan tener poco deseo, en general. Ya no solo hablo de deseo sexual, sino, una falta de motivación constante en su día a día.
Veo a mujeres que se sienten cansadas, apáticas, desganadas, con poca energía, con falta de ilusión por las cosas…
Siempre les hago la misma pregunta: ¿Cuánto tiempo te dedicas a ti misma al día? Y ahí entonces, encontramos la explicación de muchas cosas.
Normalizamos no tener tiempo, acabar el día agotadas, sin energía…como si eso fuese lo que el sistema espera de nosotras.
Pero con el deseo y la sexualidad en general, se da un suceso curioso.
Somos conscientes que si por ejemplo no dedico tiempo a cocinar, la cena no se va a hacer sola, ¿verdad?
En cambio…¿Por qué esperamos que el deseo sexual, si «venga solo»?
Hemos aprendido a decir: «no tengo deseo» o «no tengo ganas», cuando quizá lo adecuado sería: «no tengo tiempo para construir mi deseo» o «estoy demasiada cansada para cuidar de mí misma».
La sexualidad, como todas las áreas que forman parte de nuestra vida, se tiene que cuidar y atender para que pueda seguir creciendo al igual que lo hacemos nosotras. Por eso es importante recalcar que el problema no eres tú ni tu deseo inhibido, si no un sistema que no nos concede tiempo ni espacio para cuidarnos, pero que encima nos culpa por ello.
Así que quizá el problema no es tener poco deseo, si no no tener tiempo para cultivarlo. Quizá nos hemos acostumbrado a decir «no tengo ganas», porque decir «estoy agotada, estresada y hasta las narices, es demasiado largo.
Para sentir placer tenemos que habitar un cuerpo tranquilo, relajado y que se sienta seguro.
Si vivimos en un cuerpo que acaba el día exhausto, sin energía y expuesto a mucha tensión, el placer no va a tener lugar, por mucho que insistamos.
Hemos normalizado sacar tiempo para trabajar, cocinar, entrenar, criar a nuestros hijos, cuidar de nuestras mascotas, quedar con amigas, compartir en pareja, limpiar, pasar tiempo en familia… ¿Por qué no encontramos tiempo para nuestro cuerpo y nuestro placer?
Así que amiga, date cuenta que no eres rara ni menos mujer por sentirte desconectada de tu deseo.
Tu cuerpo cansado y exhausto te está pidiendo a gritos que pares, te relajes y le des el placer que se merece.
Si este texto resuena contigo, recuerda que podemos ayudarte a trabajar en tu deseo sexual y en tu sexualidad en nuestro servicio de Terapia Sexual
Un abrazote,
Laura