Me he dado cuenta que me quejo mucho, que vivo rodeada de personas que se quejan y de medios de comunicación que continuamente sacan imágenes de gente quejándose.
Me gusta que la gente se queje y critique, eso significa que piensan y reflexionan sobre lo que viven, pero no nos damos cuenta que la queja si no va acompañada de una acción, no es más que eso, una simple queja. Y quejarse una y otra vez sin hacer nada, a parte de no se productivo, es bastante frustrante para nuestra mente, porque nos encerramos en una nube de negatividad sin ser capaces de encontrar una salida.
Y ahora es cuando viene «la pregunta del millón»: ¿Por qué nos cuesta tanto dar ese «pasito» para planificar una acción?
Es importante destacar, que nuestra naturaleza humana, nos acondiciona para intentar en todo momento, evitar las amenazas que puedan atentar contra nuestra existencia. Y por esta razón, buscamos siempre acercarnos al placer, y alejarnos del displacer. Por lo que de manera inconsciente, estamos buscando en todo momento, permanecer dentro de lo que llamamos “nuestra zona de confort“. Esto implica que busquemos la comodidad, y evitemos la fatiga de hacer cosas nuevas o vivir experiencias desconocidas.
El miedo es el principal factor que nos afecta a la hora de querer expandir, o salir de nuestra zona de confort, por genética, le tenemos miedo a lo desconocido. Ahora bien, esto no significa que permanecer dentro de nuestra zona de confort esté mal. Sin embargo, si alguna vez quieres superar tus expectativas y llegar a mejorar de manera asombrosa, sin duda, tendrás que expandir tu zona de confort, para lo que tendrás que salir de ella y adaptarte a nuevas vivencias.
La zona de confort es un estado mental. Los límites los pones TÚ.
Debes confiar plenamente en ti mismo, y saber, que todo aquello que te limita física y emocionalmente, lo hace porque tu has decidido (inconscientemente) que así sea. Eres tú mismo quien define tus alcances. Eres tú mismo quien construye las barreras para evitar el progreso y alejarse de peligros (mayoritariamente imaginarios).
Crea nuevos hábitos y experimenta. Salir de tu zona de confort, no significará otra cosa, que no sea hacer algo nuevo. Experimentar y tener curiosidad en todo momento te ayudará a expandir tus límites. Recuerda que al ser tus límites netamente mentales, expandirlos será cuestión de tiempo. Intenta cada día, hacer algo nuevo. Prueba tomar diferentes caminos, visitar diferentes lugares, hablar con personas distintas o realizar tareas de formas alternativas. Esto poco a poco te acondicionará para aceptar el cambio y lo nuevo. Con el tiempo, podrás ser muy poco resistente a la novedad, y con ello, el impacto del éxito que logres será increíble.
Si haces algo nuevo y adaptas ciertas actividades a tu vida, que se encuentren fuera de tu zona de confort, estas, quedarán incluidas en dicha zona de confort. Por lo que al parecer, salir de nuestra zona de confort parece un ciclo infinito, ¿verdad?
Es importante entonces, tener en cuenta, que solo la persistencia nos permitirá expandir nuestra zona de confort. Y que el éxito es un camino, no un punto de llegada.
En definitiva, salir de nuestra zona de confort simplemente es mejorar. Ser mejor persona, mejor ser humano, ser más feliz, ayudar a que los demás lo sean y mejorar el mundo.
Así que… ¿Por qué no lo intentas…? 🙂
Laura Moreno Jiménez-Bravo